viernes, 1 de enero de 2010

Una reflexión para iniciar 2010

La solución a los problemas ambientales del mundo es tan fácil, como que cada individuo, sin excepción, (1) tome conciencia del tema (lo estudie un poco, lo comprenda, lo viva) y (2) ejerza acciones diarias que logren compensar positivamente el impacto individual de su huella.

Todo es cuantificable (en tiempo, peso, volumen, velocidades, etcétera), pero no lo hagamos complicado, simplemente pongamos cada cual nuestra cuota, un esfuerzo real, visible, de acciones buenas, al punto que nuestra conciencia lo pueda aplaudir. De nada sirve ni vale engañarnos a nosotros mismos.

El objetivo es pues, que se logre al menos, cada día, la siguiente ecuación ambiental elemental:

LO BUENO (mayor o igual a >=) LO MALO

Fácil, ¿cierto?. El ideal que 'lo malo' sea cero, es en exceso ideal, pues por bien que nos vaya siempre habrá un poco de malgasto de recursos, uso de energías dañinas (combustibles fósiles u otros), industrias contaminantes, etcétera. Hasta las comunidades más básicas o prehistóricas hacían algo de 'lo malo'... sacrificio de animales, corte de algún árbol por alta necesidad; solo que, en ellos era algo insignificante (qué brinco tan infinitamente caótico dio la revolución industrial!).

La verdadera opción de cambio está en 'lo bueno', en actuar convencidos de esa ecuación. No se trata de regresar a lo prehistórico; se trata, simplemente, de enamorarnos de la naturaleza, de 'vibrar' en resonancia con ella, de bailar a su ritmo (y no de pretender hacerle cambiar su ritmo natural), se trata de sentirla, de escucharla, de verla bien, de comprenderla y actuar acorde a sus reglas. Es simple, basta prender nuestros sentidos ante ella.

Y decimos 'cada día', pues solo así se evita la acumulación y crecimiento del problema y del tamaño de la compensación.

Las acciones positivas o 'lo bueno', están a la mano, son realmente sencillas, lograrlo requiere solamente una pizca de voluntad, algunas ni siquiera requieren costos, solo un poco de tiempo, o mejorar los hábitos, he aquí una muestra:

  • Sembrar árboles (y asegurar su vitalidad). ¿Alguien duda de su importancia?.
  • No dañar la naturaleza inocente (no talar innecesariamente, no ensuciar ríos ni fuentes hídricas, no hacer quemas --los incendios son tenebrosos, y el riesgo es muy alto, por su facilidad, especialmente en épocas de sequía--).
  • No despilfarrar agua, ni energía; los ahorros se logran con mejores hábitos, y haciendo uso de accesorios ahorradores.
  • Poner la basura en su lugar (canecas, seleccionando en la fuente), ¡jamás en la calle!.
  • Más verde y menos cemento: más jardines, más plantas.
  • Habitar en espacios apenas necesarios; evitar lo innecesario, lo fastuoso (para qué?).
  • Menos carro, más transporte público, movilidad de a pié, o en bicicleta.
  • Menos compulsividad comercial, más re-utilización, más iniciativa.
  • Evitar uso innecesario del papel, aprovechar ayudas electrónicas.
  • Acortar distancias con la tecnología, ahorrar en viajes.
  • Construir con pensamiento ambiental, incrementar el uso de materiales no industriales, la re-utilización de elementos, evitar lo evitable (algunos pañetes, pinturas).
  • Aplicar la creatividad, el ingenio, la iniciativa; no seamos inferiores al reto.
En síntesis:
Somos imperfectos, de acuerdo, pero siempre es posible mejorar.

No dejemos la solución en manos de otros; la solución está en cada uno de nosotros, en la sumatoria de buenas acciones individuales.

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