Con apoyo de Corpoboyacá (contribuyó con el 40% del material mediante un programa de fomento) trajimos hoy del vivero ITA de Paipa, con destino a la Reserva Montecito, la cantidad de 1,000 nuevos árboles/arbustivos nativos (500 de aliso, 250 de garrocho, y 250 de mortiño), que desde mañana mismo empezarán a sembrarse.
Nos llamó especialmente la atención, la dificultad que nos explicaron los viveristas para la reproducción del mortiño, especie que consideran en vía de extinción. Un proceso que implica búsqueda de semillas en el monte, cada cierto número de años pues no es algo de generación frecuente, y luego múchísimos cuidados especiales para garantizar su germinación, y lentísimo crecimiento (las bolsas recibidas son matas de 3 años de edad según nos explicaron).
Escogencia del mortiño.
Una realidad que reitera la sabiduría de la naturaleza, la tenacidad de sus entornos nativos, pero también la fragilidad de sus montes... años enteros para lograr unos centímetros de crecimiento, y apenas segundos para ser destruídos por el hombre.
Mil más... mil nuevos
En síntesis, mil nativos más que se convierten en mil motivos nuevos para reiterar nuestro compromiso ambiental, y para re-imprimir en letras de molde el nombre de nuestra Reserva, que encierra su espíritu: Montecito.
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